En los años 1800 y principios de 1900, era tradición que el 31 de diciembre la esposa se arrodillara frente a su marido y se disculpara por todo lo que había hecho mal durante el transcurso del año. Este enunciado se vió viralizado ultimamente por las redes sociales, pero no necesariamente esto es totalmente afirmativo.
No existe una regla universal que establezca que las esposas debían arrodillarse y disculparse ante sus esposos en la víspera de Año Nuevo durante los siglos XIX y principios del XX. Las tradiciones relacionadas con el Año Nuevo varían enormemente según la cultura, la región y las costumbres familiares específicas.
Es posible que en ciertas familias o comunidades haya existido una práctica similar como una expresión simbólica de arrepentimiento y renovación para el nuevo año, pero no se puede generalizar como una norma para todas las parejas en ese período de tiempo.